Puente colgante y Costanera de Santa Fe

lunes, 28 de abril de 2014

PLANIFICACIÓN DE LA CÁTEDRA INSTITUTO SUPERIOR PARTICULAR INCORPORADO N° 4035 “BRIGADIER GENERAL ESTANISLAO LÓPEZ” 

SOCIOLOGÍA DEL TURISMO

 CARRERA: Guía de Turismo
 CURSO: Segundo Año
 PROFESOR: Luis Alberto Ferreira
 AÑO: 2014

 FUNDAMENTACIÓN Hace poco tiempo se puso atención al estudio de los fenómenos sociológicos que tienen relación con la actividad turística. La temática que resulta de este nuevo campo del conocimiento es bastante amplio y complejo. Amplio, porque abarca varios temas muy importantes para la lectura de la realidad contemporánea. Y complejo, porque el entramado conceptual y lógico de la asignatura, no es simple de abordar; principalmente por la falta de estudios e investigaciones serias que deriven en la construcción de conocimientos verificables y confiables. El punto de partida de nuestro estudio, será la sociedad donde se comenzó a desarrollar el fenómeno turístico, como una actividad curiosa y relacionada con viajes de placer o de investigación. Luego asistimos a la sociedad de guerra y posguerra, donde el turismo comenzó a tomar otro enfoque analítico; totalmente instalado en la sociedad post-industrial como una actividad económica-social y productora de riquezas. Precisamente es en este momento donde comienzan los estudios sociológicos relacionados con el turismo, donde la investigación y el estudio sistemático de la sociedad, se imponen como una condición decisiva para conocer mas profundamente el fenómeno. También es sumamente importante la sociología del turismo al momento de diseñar o planificar ofertas atractivas para los distintos grupos que constituirán la demanda, para conocer las potencialidades de una localidad y lograr su desarrollo.

EXPECTATIVAS DE LOGRO • Comprender los conceptos sociológicos básicos para el análisis del turismo. • Desarrollar en el alumno formas de pensamiento propias del análisis sociológico y de la investigación social, relacionados con la actividad del sector turístico. • Justificar la importancia creciente del estudio sociológico aplicado a la actividad turística

CONTENIDOS CONCEPTUALES • la sociología: definición y alcances. principales problemas que aborda. relación con el turismo. surgimiento de la sociología del turismo. • el concepto de turismo y de turista.- oferta y demanda de turismo.- tipología de turistas, turismo y de áreas turísticas.- • los medios de comunicación de masas y el turismo.- publicidad, imagen y turismo. • comunicación e interacción social.- el turismo como forma de interacción social.- actividades turísticas. • el ocio y el trabajo desde una perspectiva histórica. el capitalismo: modernización, industrialización, secularización y racionalización. la conformación de la oposición trabajo-ocio. • el análisis sociológico del turismo.- técnicas de recogida de información.- el muestreo de la población turística. • Las transformaciones en la estructura productiva capitalista: industrialismo, postindustrialismo y crecimiento de los servicios. Del capitalismo de producción al de consumo: tiempo libre, ocio y turismo. • El turismo como actividad de ocio: antecedentes históricos, turismo preindustrial, de masas y posfordista. Desigualdad social y ocio. • T. Veblen y la teoría de la clase ociosa. • La propuesta de P. Bourdieu: cultura, sociedad y ocio. • La ‘mirada turística’ en la obra de J. Urry. • Las transformaciones en la estructura social: las clases medias. • El debate sobre la cultura y la posmodernidad. • Los productos turísticos diferenciados. • El desarrollo de la Sociología del Turismo: aproximaciones teóricas y principales temas de estudio. • Lo sagrado y lo profano: el viaje turístico. • El turismo como actividad económica: internacionalización y localismo. La dimensión territorial del turismo. Turismo y políticas de desarrollo. • Los impactos socioculturales del turismo. • La investigación de las actividades de ocio y turísticas.

 METODOLOGÍA

A) CLASES TEÓRICAS: Las clases teóricas consistirán en el desarrollo de los temas previstos.

B) CLASES PRÁCTICAS: Estarán organizadas en torno a dos modelos de actividades. La primera es la lectura y discusión de un texto cada quince días, hasta llegar a la preparación del trabajo de investigación; en ese momento se harán entregas parciales (el trabajo puede ser hecho en forma individual o hasta por dos alumnos) – este será el segundo modelo de actividades.

EVALUACIÓN: Teniendo en cuenta que la evaluación es un momento más dentro de la tarea educativa; del desarrollo pedagógico de la relación profesor-alumno. Se plantearán tres trabajos prácticos para el año. El primero relacionado con el descubrimiento de los conceptos de Sociología y Sociología del turismo. El segundo tendrá como eje la historia del desarrollo de esta rama de la sociología general. La tercera será el diseño de un trabajo de investigación y el análisis de la metodología aplicada al efecto. Este trabajo tendrá entregas parciales y allí se podrán evaluar los avances de los educandos. El examen final, consistirá en la defensa frente al tribunal del diseño y desarrollo del trabajo de investigación; del cual se entregará copia al tribunal para su lectura.

BIBLIOGRAFÍA

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miércoles, 10 de abril de 2013

REVISTA PRISMA SOCIAL - Nº 9 | diciembre 2012 | revista de ciencias sociales | ISSN: 1989-3469 EL MODELO DE LOS TIPOS IDEALES PARA LA REPRESENTACIÓN DEL ''HOMO TURÍSTICUS'' Elementos para una sociologia del turismo Luis Gómez Encinas RESUMEN La elaboración de tipologías es frecuente en los análisis sociales y en particular dentro del estudio del consumo turístico. La propuesta de este artículo recupera el modelo del tipo ideal de Max Weber para aplicarlo a la comprensión del fenómeno turístico en la actualidad. Se trata de proporcionar elementos útiles de análisis a una Sociología del Turismo que tiene pendiente explicar los nuevos comportamientos sociales del turismo asociados a la revolución tecnológica y la crisis económica. El objetivo es, desde una perspectiva sociológica, representar el perfil de un nuevo consumidor, en este caso un comprador de viajes, cuyas pautas de consumo responden a nuevas variables que podemos identificar con esta metodología. 1. Introducción Los investigadores sociales, cada uno desde su ámbito disciplinar, siempre se han esforzado en establecer tipologías de toda clase. En ese sentido, la Sociología del Turismo no es una excepción. Cohen (1979), empezó distinguiendo cuatro tipos de turistas: el de masas organizado, el de masas individualizado, el explorador y el mochilero (drifter). Años después (1984), afinó la clasificación proponiendo una tipología fenomenológica de experiencias turísticas que identifican cinco modos de tipo turístico, ubicando la búsqueda de placer en un extremo y la búsqueda de sentido en el otro, dependiendo de la visión del mundo que tuviera el viajero. Más recientemente, el mismo Cohen (2004) ha admitido que los esquemas de tipos ideales turísticos que abundan en la disciplina adolecen de rigor y profundidad, se quedan en un nivel meramente descriptivo y pasan por alto que el turista, en la experiencia de su viaje, se mueve de forma cambiante a lo largo del continuo que compone una tipología. Amat y Ramón (2004) definen la Sociología del Turismo como aquella disciplina científica que tiene por objeto el estudio del comportamiento humano en relación con su conducta durante el tiempo libre, encaminada a satisfacer las necesidades relacionadas con los viajes, estancias y actividades turísticas, así como la elección, la contratación y la prestación de los servicios turísticos correspondientes. Como campo de especialización reciente, su propio impulsor reconoce que “la Sociología del Turismo adolece de una estructura teórica y analítica, está en pañales” (Cohen, cit. en Esteban Curiel, 2008: 141). En la misma línea, Méndez de la Muela indica que “no existe una teoría central del turismo que sirva de marco común para estudiar todos los problemas concretos de la actividad. El turismo hay que entenderlo como una teoría de sistemas que se alimenta de las diferentes disciplinas de las ciencias sociales” (en Pulido Fernández, 2006: 109). Por su parte, Wearing et al (2009) apuestan por estudiar el sentido del viaje e indagar en las experiencias de los viajeros. Se trata de un problema que afecta a la comprensión del fenómeno turístico desde el punto de vista cultural, una tarea orientada a indagar en el sentido del viaje, la identidad de los viajeros y sus sensaciones a la hora de relacionarse con los destinos y sus gentes. Ese punto de vista experiencial, vinculado a las motivaciones, cuenta con una figura destacada como es Urry (1990, 2004), y sin duda es hoy día predominante en el campo turístico. En el actual contexto, protagonizado por el impacto de la crisis económica y el auge de las Nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación (NTIC), investigadores y profesionales del sector ya asumen la realidad de un nuevo entorno turístico, en el que el enfoque experiencial tiene un carácter estratégico subordinado a las incipientes prácticas de consumo (Gómez Encinas, 2012). En conjunto, la Sociología del Turismo como disciplina académica reciente centra sus análisis desde ámbitos concretos (el ocio, la salud, etc.), haciendo hincapié en la motivación y en el comportamiento de los turistas. El manejo de distintos préstamos disciplinarios, dentro de las ciencias sociales, ha ido creando un enfoque híbrido capaz de hacer avanzar un campo de especialización todavía muy joven. Dentro de tales avances, cabe reconocer el papel de las tipologías y su uso frecuente en las investigaciones sociales. Se trata de modelos explicativos que, a pesar de sus insuficiencias, sintetizan las variables fundamentales que intervienen en el desarrollo de estos hechos sociales y la caracterización de sus actores. 2. Objetivos Este artículo tiene un objetivo general y uno específico. El objetivo general es subrayar la importancia de las tipologías como instrumento de análisis en el estudio de los comportamientos sociales del turismo. El objetivo específico es plantear una propuesta en esa línea, tomando como referencia el modelo de los tipos ideales de Max Weber. De esta manera, se pretende elaborar un instrumento metodológico netamente sociológico para mejorar el análisis de las nuevas prácticas de consumo relacionadas con el turismo. 3. Metodología Para llevar a cabo este trabajo, se ha hecho en la Introducción una breve una revisión documental de algunos de los intentos tipologizadores de la Sociología del Turismo, tanto en sus orígenes como después en su desarrollo con la adopción de un enfoque experiencial. Igualmente, se realiza en el Contenido el mismo procedimiento para dar cuenta de la situación actual, y constatar así que se sigue estudiando, especialmente el consumo turístico, mediante tipologías de distinta índole. Nuestra propuesta incorpora el instrumento metodológico de los tipos ideales cuyo autor canónico fue Max Weber (1982, 1984, 1993). En el marco de su sociología comprensiva, lo que se hace es exponer las herramientas conceptuales y el método de abstracción que permite obtener ese instrumento metodológico. Hemos dado al tipo ideal resultante, destinado a explicar la búsqueda y contratación de viajes vacacionales en el contexto actual, el nombre de “cliente ubicuo”. 4. Contenido 4.1. El estudio actual del comportamiento turístico Pese a las limitaciones metodológicas y operativas, se sigue estudiando el consumo turístico mediante tipologías. Por ejemplo, el X Congreso de la Federación Española de Sociología (FES), celebrado en julio de 2010, tuvo un grupo de trabajo denominado 'Turismo y Ocio'. En la ponencia de Celia Fernández Alvariño, se distingue entre el turista prefordista, el turista postfordista, el hiperturista, etc. En la ponencia de Antón Álvarez Sousa (coordinador del Grupo), apoyándose en Lipovetsky (2007), se esboza el perfil del turboconsumidor, descrito como flexible y nómada, volátil y transfronterizo, ecléctico y fragmentado, zapeador e infiel, “un comprador móvil que ya no tiene que dar cuentas a nadie” (Lipovetsky, 2007: 109, cit. Álvarez Sousa, 2010: 2)1. Para abundar en lo antedicho, destacamos que Sousa (2010: 18-20) aplica al turismo cinco figuras mitológicas expuestas por Lipovestsky: Dioniso —consumo desenfrenado, placer de los sentidos—, Narciso —espacio privado e individualizado— Superman —turismo de aventura y de actividades—, Némesis —conflicto entre experiencia turística del viajero y realidad nativa y cultural del lugar receptor—, y Penia —insatisfacción del turista que ya no sabe qué consumir y vacío al volver a la vida cotidiana y no poder seguir en aquel ambiente de consumo—. 1 Se equivocaron en este punto los filósofos de la posmodernidad, pues el consumidor de nuestros días sí da cuentas de sus acciones. Lo hace, a menudo con pelos y señales, a través de las redes sociales de Internet. Es por ello que hablamos de un viajero cada vez más social, vid http://www.hosteltur.com/175870_viajero-espanol-futuro-hiperconectado-geolocalizado-social.html (este barómetro que publica Hosteltur, 2/04/2012, es en realidad una tipología, una más). El advenimiento de la Sociedad Telemática2 (Baigorri, 2000, 2003) ha animado los intentos tipologizadores, volcando el foco de atención sobre un turista emergente, más informado y activo, que se sirve de las grandes posibilidades que ofrecen las NTIC. A través de datos empíricos sobre los comportamientos de los españoles ante las vacaciones, Mercedes Camarero (2002, 2009) establece cuatro tipos turísticos (tradicional, familiar, moderno y posmoderno). Especialmente sugestivo es cómo, considerando las dimensiones del cambio en la demanda turística, la autora prefigura la aparición de un turista posmoderno, más activo, amante de la naturaleza y la tendente a la búsqueda de experiencias, que prefiere desconectar de la rutina urbana, que organiza su propio viaje. El actual entorno turístico, marcado por la crisis económica, ha aumentado la segmentación. El turista de la época fordista, típico de la sociedad de consumo de masas, ha dejado paso a un consumo más individualizado. La sensibilidad al precio ha adquirido una relevancia decisiva en el acto de compra. El auge del 'bajo coste' ha contribuido a esa segmentación en el marco de sociedades avanzadas que están transformando su modelo de bienestar y, en consecuencia, su estructura social. Se impone una mayor flexibilidad, un mercado de trabajo más inestable. Ello afecta a la demanda de viajes, generando nuevas formas de consumo y, por tanto, nuevos consumidores. 2 “La Sociedad de la Información se define como un estadio de desarrollo social caracterizado por la capacidad de ciudadanos, empresas y Administraciones Públicas para obtener, compartir y procesar cualquier información por medios telemáticos instantáneamente, desde cualquier lugar y en la forma que se prefiera. Por su parte, Baigorri opta por la denominación de Sociedad Telemática porque lo que caracteriza en exclusividad histórica a la sociedad emergente es la capacidad, gracias a las nuevas tecnologías de procesamiento y transmisión de la información, de superar las barreras espacio-temporales.” (Baigorri et al, 2005) En definitiva, los investigadores de las distintas disciplinas, Sociología, Psicología, Antropología, Marketing, llevan elaborando en los últimos treinta años, por distintos medios analíticos, tipologías más o menos amplias de turistas, y así lo reconocen expresamente (Rodríguez González y Molina Molina, 2008). Por tanto, si alguien ha sido representado una y otra vez por la investigación social es el 'homo turisticus'. El asunto cambia si buscamos una tipología ideal en términos weberianos. Es decir, acudiendo directamente a los fundamentos del método expuesto del sociólogo alemán. Salvo alguna tentativa (Olsen, 2010), no hemos hallado hasta la fecha un estudio que haya utilizado de manera explícita, rigurosa y operativa el método del tipo ideal de Max Weber para aplicarlo al campo del turismo. 4.2. El “idealtypus” de Max Weber Hay acuerdo en recalcar que Weber “no clarifica su método de forma adecuada” (Lindbkk, 1992: 286, cit. en Sánchez de Puerta, 2006: 13). Así, los especialistas se han esforzado por sistematizar lo que Weber fue desarrollando de forma dispersa en sus obras. El citado trabajo de Sánchez de Puerta toma los escritos del sociólogo alemán y trata de llevarlos al plano práctico. Operativizar un recurso teórico nunca resulta sencillo. El “idealtypus” weberiano es un instrumento metodológico destinado a explicar hechos sociales. Dicho instrumento “inaugura también todo un capítulo crucial en la historia de las técnicas de investigación social” (Farfán, 2009: 203). No deja de ser asombroso que las sociologías interpretativas que surgieron tras Weber, retomando el tema de la sociología comprensiva, esto es, de la interpretación del sentido de la acción, esquivaran semejante recurso teórico —o lo utilizaran sin un mínimo de rigor. La metodología social cualitativa trata de comprender a las personas dentro de su propio marco de referencia. Pero para ello a veces sigue el camino opuesto al de la sociología weberiana: explorar la senda psicológica de la identificación afectiva, aunque de manera controlada. En ese sentido, “cuando una acción es explicable, ello no significa, sin embargo, que se pretenda deducirla a partir de estados de cosas psiquicos” (Weber, 1982: 180, cit. en Farfán, 2009: 212). Para toda investigación cualitativa, sea o no de corte weberiano, “la meta no es alcanzar y reproducir —por la vía introspectiva— estados mentales subjetivos, sino explicar de modo objetivo el sentido del actual social a través de un estudio intersubjetivo de las experiencias sociales de las que surge” (Ibíd.: 213). ¿Cómo se obtiene un tipo ideal? En palabras de Weber: [...] Mediante el realce unilateral de uno o de varios puntos de vista y la reunión de una multitud de fenómenos singulares, difusos y discretos, que se presentan en mayor o menor medida en unas partes que en otras o que aparecen de manera esporádica, fenómenos que encajan en aquellos puntos de vista, escogidos unilateralmente, en un cuadro conceptual en sí unitario. Este en su pureza conceptual, es inhallable empíricamente en la realidad: es una utopía que plantea a la labor historiográfica la tarea de comprobar en qué medida la realidad se acerca o se aleja de ese cuadro ideal... (Weber, 1982: 79-80, cit. en Sánchez Puerta, 2006: 15) Su utilidad y alcance ponen en el centro de la diana la acción social, sus causas y su sentido. Como hemos indicado, no consiste en indagar en la psicología interna de los actores, sino en su conducta externa. Como subraya Farfán (2009: 207), “[Weber] elimina la oposición entre interpretación y explicación, haciendo de la interpretación sociológica un tipo de explicación”. Es la vía de la comprensión, que se hace factible revelando los nexos y regularidades que muestra la acción humana objeto de estudio. “El uso de los tipos ideales hace posible explicar fenómenos sociales e históricos concretos en su individualidad y unicidad. Se afirma que tal comprensión consiste en una aprehensión de las relaciones causales particulares que interconectan los elementos atinentes del acontecimiento total bajo estudio. Y si tales relaciones han de tener una explicación sociológicamente significativa, según este enfoque, no sólo han de ser adecuadas en forma causal, sino también tener sentido, esto es, deben referirse a aspectos del comportamiento humano inteligiblemente activados por la valoración u otros factores motivacionales en la selección de variables o el realce conceptual de ciertos elementos escogidos unilateralmente. (Campero Cárdenas, 1979: 94-95) Insisten los especialistas en Weber en advertir que el término “ideal” no debe entenderse como positivo, deseable, ejemplar, sino como abstracto, puro, utópico. Un tipo ideal es en el sentido de Weber, y él insiste en esto, algo por entero diferente a cualquier juicio valorativo, y nada tiene que ver con una perfección que no sea puramente lógica. (Ibíd.: 95) Esta característica lógica implica la representación de un aspecto efectivamente importante y en forma causal atinente de la realidad. Además, en la medida en que son creados y no simplemente descubiertos, no existe un tipo ideal que tenga preferencia frente a otros (relativos a un mismo objeto de estudio). Se pueden elaborar muchos y distintos (tantos como puntos de vista) de un mismo material cultural. (Ibíd.: 98) La ordenación confeccionada por Sánchez de Puerta (2006: 24), que esboza los procedimientos para elaborar tipologías ideales, es sumamente útil. Compilando las aportaciones de Weber, establece cuatro técnicas o recursos: abstracción simple, revisión histórica, lógica dialéctica y tendencia social. En todos los casos, se comienza por la selección del concepto a tipificar idealmente. Esta selección ha de guiarse por nuestra orientación de valor y/o las necesidades de nuestra investigación. A continuación, para la abstracción simple, se realiza el estudio de algunos casos empíricos (o de uno solo, lo que se haya planteado). Después se procede a la selección de los indicadores típicos de acuerdo con los objetivos de la investigación y/o a partir de los casos empíricos estudiados. Y se concluye con la asignación de valores típicos a los indicadores para cada tipo con los condicionantes de la relación lógica entre ellos y la coherencia interna del tipo ideal. La opción de la revisión histórica, como sistema de elaboración de tipologías ideales, incluye una fase descriptiva (recopilación de datos empíricos respecto al concepto a tipificar) y otra analítica-sintética (de consideración conjunta de los casos estudiados para determinar los indicadores típicos posibles). El procedimiento por lógica dialéctica, por su parte, se basa en la determinación de las ideas opuestas que fijarán la selección de indicadores típicos y guiarán la asignación de valores a éstos. Para concluir, el último recurso mencionado se asienta sobre la determinación de la tendencia social que fijará la asignación de valores típicos a los indicadores igualmente seleccionados a partir de ésta, de manera que todas las fases (selección, estudio empírico e intuición comprensiva) se llevan a cabo al mismo tiempo. 4.3. El “cliente ubicuo”. Una propuesta de análisis para el nuevo entorno turístico Sirviéndonos de la exposición anterior, hemos elaborado un tipo ideal al que hemos denominado “cliente ubicuo” con el objetivo de interpretar el entorno turístico de nuestros días. En concreto, se trata de comprender las prácticas de consumo relativas a la búsqueda y contratación del viaje vacacional. El hecho de construir un único tipo no quiere decir que no existan otros: baste recordar que todavía podemos hablar de un “cliente tradicional”; o por poner el acento en el incipiente comercio electrónico, ya nadie duda de la existencia de un “cliente de Internet”, cada vez más en boga (Garrido Pintado, 2010). De cualquier modo, esta circunstancia no implica una clasificación genética, pues el cliente ubicuo convive en el espacio-tiempo con otros compradores de viajes. La etiqueta “cliente ubicuo” caracteriza una clase especial de consumidor, conocedor de Internet y al tanto de las opiniones publicadas en la Red, donde incluso comparte sus propias experiencias, y que sin embargo no ha abandonado los nodos físicos (es decir, las tiendas de calle). Su singularidad definitoria posee el siguiente fin utilitarista: adquirir el mejor viaje posible al precio más barato. No se trata de regresar al preferidor racional, paradigma de la economía clásica en el advenimiento de la sociedad de consumo que luego no responde empíricamente a los verdaderas prácticas de consumo (Marinas, 2000). El consumidor ubicuo que hemos perfilado por abstracción simple posee, por un lado, el repertorio telemático que ofrecen las NTIC y, por otro, el factor precio como elemento más decisivo del comportamiento de la demanda. Es así como mediante un proceso comparativo (entre los diversos canales de venta a su disposición) y deliberativo (por ejemplo en las redes sociales de Internet) lleva a cabo la búsqueda y contratación de los servicios turísticos. Se ha hablado en el anterior apartado de “indicadores típicos”. Es lo que, en palabras de Weber, se entiende como “nexos y regularidades”. Para la investigación social en general, son las variables. “A una variable se le da el nombre de indicador si se considera que constituye un resumen satisfactorio de una noción más abstracta y más amplia; el indicador propone una medida de dicha noción a través del modo en que se distribuyen sus valores o caracteres...” (Combessie, 2000: 99, cit. en Sánchez de Puerta, 2006: 21). Hemos escogido tres, y el criterio de selección tiene sentido conforme a la presunción de un tipo de acción social —la ejecución de la compra de un viaje— racional con arreglo a fines3. El criterio de selección de esos indicadores típicos está condicionado por el objetivo de la investigación. Por ejemplo, Weber en su elaboración del tipo ideal capitalismo que hace en su célebre obra sólo está interesado en aspectos espirituales; mientas que, por su parte, Marx al hacer lo propio se basó en factores económicos. A este respecto, los nexos y regularidades que permiten alcanzar la síntesis ideal que hemos obtenido se resumen de la siguiente manera: a) Información. Con Internet como herramienta y espacio fundamental, interviniendo a tres niveles: 3 “La acción social, como toda acción puede ser: 1) racional con arreglo a fines (…); 2) racional con arreglo a valores (…); 3) afectiva, especialmente emotiva (…); y 4) tradicional: terminada por una constumbre arraigada.” (Weber, 1984: 20, cit. en Farfán, 2009: 208) a.i) Como fuente de consulta. “La mayoría de los compradores han encontrado en Internet la principal fuente de información en relación con los viajes; la red se ofrece como un espacio abierto a todo tipo de información turística la cual más de la mitad de la población declara consultar en el momento de plantearse la realización de un viaje (…).” (Valls Jiménez et al, 2011: 31) a.ii) Como espacio de valoración y opinión. El caso de Tripadvisor, la mayor comunidad de viajeros del mundo, es particularmente notable (Melián González et al). a.iii) Como espacio de participación en el proceso de venta. Sería una característica del perfil del prosumer, siempre interesado saber más, en ir más allá de la información estructurada y pautada.4 b) Value for money. El concepto de “valor por el dinero pagado” compara la cantidad abonada con la cantidad de servicios recibidos. Esto se relaciona directamente con la crisis económica y con el recorte del poder adquisitivo de los consumidores turísticos. Por encima de otros valores, el viajero da prioridad al precio, buscando ofertas baratas, sobre todo en Internet. En el actual contexto, los viajes vacacionales han caído significativamente, y se ha reducido el gasto por persona y día en su destino. Han surgido nuevas pautas de consumo: mayor flexibilidad, reservas de última hora y precios más ajustados. Las decisiones de compra dependen, en este entorno económico de recesión, del precio final. Hasta tal punto se acrecienta la percepción de la rebelión de la variable precio que la mayoría de los viajeros afirma que si busca de manera obstinada es capaz de descubrir el precio más barato en otro canal; el consumidor desconfía, por tanto, del concepto de calidad (…). La crisis ha agudizado el Value for Money y la mayoría de la población no está dispuesta a pagar más de lo que paga lo cual demostraría que los consumidores turísticos se han fijado, por una parte, un criterio sobre el precio del viaje (relacionado con lo más barato) y, por otra, un presupuesto general que es marco de referencia de cada acto de compra. (Valls Jiménez et al, 2011: 31) Esta variable también tiene distintos niveles de funcionamiento, eso sí, más complejos de compartimentar. Habría que enfocarlo como una gradación con gran diversidad de tonalidades. En un extremo de la carta de colores estaría el cliente que efectivamente demuestra no considerar el precio como factor crucial y en el otro extremo el cliente que encara el acto de compra abiertamente como una subasta a la baja. Entre medias, con una amplia gama de matices, se hallan los “viajeros que buscan de manera obstinada” hasta “descubrir el precio más barato”. c) Multicanalidad. Los canales de venta se han multiplicado en los últimos años, rompiendo el esquema de distribución tradicional en manos de la agencia de viajes física, de calle. Las NTIC, con Internet a la cabeza y los distintos dispositivos (teléfonos móviles, por ejemplo) que evolucionan a velocidad de vértigo, ponen a disposición del consumidor avanzados sistemas para la compra de todo tipo de servicios turísticos. La intervención de esta variable cabe, a nuestro juicio, sopesarla en tres niveles, escalas de un mismo proceso: c.i) Un proceso que comienza con una progresiva desintermediación en el sector turístico (Román Márquez, 2005). c.ii) Que sigue con un cambio en los tipos y estrategias relacionales entre agencias de viajes minoristas, touroperadores mayoristas, clientes, etc. (Suárez Álvarez, 2007, et al), hasta el extremo de convertir al propio cliente en canal de distribución. c.iii) Que llega a su límite en la materialización, gracias al repertorio telemático, de ese imposible metafísico para los mortales que es la ubicuidad: el cliente adquiere la capacidad de estar al mismo tiempo en todas partes. Atendiendo a todo ello, se evidencia que la forma de consumir, de comprar, ha cambiado. El auge de las redes sociales ha propiciado, en gran medida, este cambio, generando una nueva cultura5. La conversación, el tuit, es la protagonista de dicha cultura. Al acto de compra fundado en la conversación que surge y se retroalimenta por ejemplo en las redes sociales, pensamos que cabe denominarlo “consumo deliberativo”. Sin duda, esta idea va mucho más allá de lo que el marketing y el managment de primeros años del siglo XXI bautizaron como eWOM. Uno de los medios por los que los consumidores se influyen unos a otros es el viejo mecanismo del “boca a oreja” 5 En el II Congreso Iberoamericano sobre Redes Sociales, celebrado en Burgos, el 22 y 23 de marzo de 2012, se puso de manifiesto su dimensión, impacto e influencia: http://www.iredes.es (WOM: word-of-mouth). Su equivalente en la Sociedad Telemática es el eWOM, definido como “las comunicaciones informales dirigidas a los consumidores a través de las tecnologías propias de Internet o servicios específicos o de sus vendedores” (Litvin et al., 2008: 461, cit. en Melián González et al, 2010: 18). Ese paso más, que rebasa el hecho común de la interacción y participación de los clientes en los servicios que consumen, se produce cuando el usuario se convierte en canal de distribución. Ya no se trata sólo de valorar los servicios turísticos con un “me gusta” o un “no me gusta”, con las consiguientes consecuencias comerciales y económicas de esos elogios y esas críticas. Tiene que ver con el proceso de desintermediación, al que ya hemos aludido, pero llevado al extremo: es la tendencia denominada peer to peer (de tú a tú). “Son usuarios dispuestos a compartir y vendérselo todo entre ellos siempre que sea en común beneficio” (Ouro Villaraviz, 2012)6. La idea remite al modelo de negocio C2C (consumer-to-consumer), que relaciona comercialmente a un usuario final con otro usuario final. En Internet, el paradigma es eBay, sitio donde cualquiera puede vender y comprar artículos de todo tipo en forma de subasta. En lo relativo al consumo turístico de masas, las empresas del sector (agencias de viajes, touroperadores, etc.) han tenido un peso decisivo, configurando de hecho una industria estratégica para la economía. Con el consumo deliberativo las relaciones de primer orden (que son, por ejemplo, las de una agencia de viajes con sus clientes) dejan de tener esa relevancia de antaño y se imponen las relaciones de segundo y tercer orden.7 A nuestro juicio, uno de los fenómenos más ilustrativos de práctica social de consumo forjada mediante proceso deliberativo en las redes sociales de Internet se dio con las excursiones en tierra de los cruceros. Los cruceros han sido uno de los productos de mayor crecimiento en los últimos años, resistiendo incluso el periodo de crisis económica8. Concebidas como un producto opcional, separado de los servicios prestados a bordo pero intrínsecamente unido al itinerario de cada barco, las excursiones de tierra eran al principio ofertadas en destino nada más que por las navieras. En pleno auge de ventas, los altos precios de las excursiones y el carácter exclusivo y monopolístico de su distribución posibilitaron la formación de comunidades invisibles de cruceristas. Se crearon foros en Internet9 donde no sólo se hablaba de este emergente tipo de turismo, sino que además en ese espacio virtual se fue creando un mercado conversacional que en poco tiempo quebró el statu quo comercial. Los consumidores, los usuarios finales, se movilizaban en grupos, contactaban con proveedores locales, de Málaga a San Petersburgo, de Atenas a Estocolmo, para conseguir sus excursiones a precios más bajos, o simplemente autoorganizando sus traslados y visitas en cada puerto. Las navieras se percataron e hicieron todo lo posible para evitarlo, desde infiltrarse en los foros hasta expulsar de los buques a los vendedores “intrusos” y coordinadores de operadores ajenos. Los viajeros de cruceros empezaron a distinguir entre excursiones oficiales y no oficiales. Así las cosas, algunos se expresaban de la siguiente manera: “Ahora más que nunca la organización por parte de los cruceristas se tiene que hacer de manera más discreta, nadie puede prohibirnos contratar un autobús, ni un taxi, o un coche alquilado, una vez fuera del barco ellos no tienen ninguna autoridad para prohibir nada. Un consejo a los que estáis preparando excursiones: no digáis nada de las excursiones en abierto, ni nombres de grupo, ni de 'organizadores'.”10 En la actualidad proliferan las agencias online y receptivos que comercializan las excursiones de tierra de cruceros y las propias navieras han introducido flexibilidad para contratar este servicio. Se trata de una adaptación de las empresas turísticas al comportamiento de la demanda. Justamente esa adaptación está detrás de la supervivencia de las empresas, que en la nueva sociedad postindustrial habrán de adquirir formas profundamente distintas a las conocidas Baigorri (2004). 5. Conclusiones Desde una perspectiva global, tenemos una modificación sustancial, drástica, de la demanda turística, motivada por una revolución en las prácticas de consumo. Y esto no podemos verlo tanto en el viajero como en el comprador, aunque estos sean la misma persona. Esta diferenciación metodológica, más clara en otras áreas de especialización (como, por ejemplo, el Marketing), no tiene apenas desarrollo en el campo de la Sociología del Turismo. El uso del modelo de tipo ideal weberiano permite, según la exposición que hemos efectuado en el presente trabajo, una aproximación sociológica a la comprensión de esos nuevos comportamientos turísticos cada vez más consolidados. El resultado del modelo elaborado, como instrumento objetivo de validación de conocimiento destinado a interpretar y explicar el sentido de una acción social, debe ser que todo comprador de viajes participa, en mayor o menor grado, de las características de ese tipo ideal. Toda compra, así pues, se “aleja” o se “acerca” al tipo ideal, sin que esto implique un continuo en el cual el cliente mixto o el cliente de Internet tengan inevitablemente que “derivar” en cliente ubicuo. Fijar el momento en que un caso concreto se “aleja” o “acerca” al modelo construido es un asunto valorativo que ha de resolverse por otros métodos de investigación. Conviene recalcar, para terminar, que el cliente ubicuo es una abstracción, una construcción conceptual de la cual no hallaremos un caso concreto que se ajuste exactamente a este esquema en la realidad empírica. Se trata, en definitiva, de un instrumento metodológico que debe servirnos para captar y entender el comportamiento humano, en este caso prácticas de consumo turístico, en las presentes sociedades avanzadas sumidas en la crisis y la reestructuración de sus regímenes de bienestar. La caracterización del cliente ubicuo, según se ha presentado aquí, combina la racionalidad del acto de compra con arreglo a un fin utilitarista —el mejor viaje posible al precio más barato posible— con el repertorio de las NTIC y las posibilidades que éstas ofrecen. Así surge lo que hemos llamado consumo deliberativo, fruto de un mercado conversacional generado en espacios nuevos —como las redes sociales de Internet— y que, para el sector turístico, está suponiendo transformaciones radicales a todos los niveles. Lo que nos revela el nuevo ‘homo turisticus’ es la aparición de usos sociales diferentes y prácticas de consumo distintas. En este sentido, la teoría sociológica dispone de elementos valiosos para la observación de las formas y las estrategias de consumo (Callejo, 1995). A lo largo de estas páginas, hemos propuesto algunos conceptos y señalado factores clave dentro del contexto actual, que pueden contribuir al avance de un campo de conocimiento incipiente como es la Sociología del Turismo.. 6. Bibliografía Álvarez Sousa, A. 2010. 'El consumo turístico en la hipermodernidad', ponencia presentada en el X Congreso de la Federación Española de Sociología (FES), en Pamplona, Universidad Pública de Navarra 1, 2 y 3 de julio, grupo de trabajo 'Turismo y Ocio', (http://www.fes-web.org/archivos/congresos/congreso_10/grupos-trabajo/ponencias/870.pdf) Amat, P. y Ramón, F. 2004. Curso de Sociología del Turismo y del Ocio. Valencia, Tirant Lo Blanch. Baigorri, A. 2000. 'Globalización. Mundos reales, mundos virtuales'. 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Weber, M. 1993. El político y el científico. Madrid, Alianza Editorial.

martes, 9 de octubre de 2012

NUEVO TRABAJO DE INVESTIGACIÓN BIBLIOGRÁFICA: SOCIOLOGÍA DEL TRABAJO TURÍSTICO

CUESTIONARIO GUÍA

1- ¿CUÁLES SON LAS FORMAS DE ORGANIZACIÓN DEL TRABAJO TURÍSTICO? DETALLAR.
2- MENCIONAR LAS FORMAS DE TURISMO Y EXPLICAR CADA UNA.
3- EMPLEO Y MERCADO DE TRABAJO: LA EXPERIENCIA ESPAÑOLA. EXPLICAR
4- ¿CUALES SON LAS CATEGORÍAS PROFESIONALES Y LAS PROFESIONES TURÍSTICAS? DESARROLLAR.
5-MENCIONAR Y EXPLICAR: LAS POLÍTICAS DE GESTIÓN EN TURISMO.
6- ¿CÓMO SE DESARROLLA LA FORMACIÓN DE LOS RECURSOS HUMANOS EN EL SECTOR TURÍSTICO.

FECHA DE ENTREGA: 21/10/2012

jueves, 17 de mayo de 2012

TRABAJO PRÁCTICO Nº 4: LA ANTROPOLOGÍA DEL TURISMO

EN ESTE TRABAJO VAMOS A ANALIZAR Y A REALIZAR UN INFORME DE LAS SIGUIENTES PREGUNTAS:
1-¿QUÉ ES LA ANTROPOLOGÍA?
2- EN EL CAPÍTULO 4 DEL LIBRO SOCIOLOGÍA DEL TURISMO, EL AUTOR AGUSTÍN SANTANA TALAVERA, PLANTEA LA DICOTOMÍA ENTRE EL "OTRO" Y "NOSOTROS". CON RELACIÓN A ESTO: ANALIZAR Y ESCRIBIR UN INFORME DE LA INTRODUCCIÓN DEL CAPÍTULO, Y RESPONDER:
3-¿ QUÉ SE ENTIENDE POR CONCEPTUALIZACIÓN OPTIMISTA? ¿CONCEPTUALIZACIÓN PESIMISTA? ¿PLATAFORMA DE ADAPTACIÓN? Y ¿PLATAFORMA BASADA EN EL CONOCIMIENTO?. CONFECCIONAR EL CUADRO 4.1
4- LEER Y EXPLICAR LAS DISTINTAS FORMAS DE CONCEPCIÓN DEL TURISMO.
5-¿ QUIÉNES SON LOS ACTORES DEL SISTEMA TURÍSTICO? HACER CUADRO 4.3
6- EXPLICAR LOS DISTINTOS MODELOS DE CLASIFICACIÓN DEL TURISMO, BASÁNDOSE EN EL CUADRO 4.4


LA FECHA DE ENTREGA DEL TRABAJO ES 26 DE MAYO. 

miércoles, 25 de abril de 2012

TRABAJO PRÁCTICO Nº 3 " LA SOCIOLOGÍA DEL TURISMO COMO DISCIPLINA"

LEER EL CAPÍTULO Nº 2 DEL LIBRO SOCIOLOGÍA DEL TURISMO QUE ESCRIBE GREGORIO MÉNDEZ MUELA Y RESPONDER EL SIGUIENTE CUESTIONARIO:


1- ¿QUÉ ES LA SOCIOLOGÍA DEL TURISMO?. ESCRIBIR UNA RESEÑA HISTÓRICA DE SU EVOLUCIÓN. (páginas. 43 a 47)


2- MENCIONAR Y DESCRIBIR LAS TENDENCIAS Y ETAPAS DE LA SOCIOLOGÍA DEL TURISMO. (Páginas 47 a 65)


3- ¿CUÁLES SON LAS APORTACIONES METODOLÓGICAS DE LA SOCIOLOGÍA DEL TURISMO? (páginas65 a 69)


REALIZAR EL TRABAJO ESCRITO Y ENVIARLO AL CORREO DEL PROFESOR. FECHA TOPE 8 DE MAYO.

domingo, 15 de abril de 2012

TEXTO PARA LEER Y LUEGO REALIZAR EL TRABAJO PRÁCTICO Nº2


Un mundo de geometría variable: Los territorios que ganan y los que pierden.
 Edgard MONCAYO JIMÉNEZ
I. INTRODUCCIÓN.
La geografía mundial está en plena ebullición. Así como en el macrouniverso hay regiones en expansión y otras que se contraen, galaxias y constelaciones inconmensurables, microuniversos en gestación y vastos espacios vacíos, en fin, huecos negros, antimateria y estrellas enanas; en el planeta Tierra las geografías humana, política y económica, también son multiformes y están en permanente proceso de cambio. Cambio que parece haberse acelerado exponencialmente en las postrimerías del siglo XX. La conformación de los grandes bloques supranacionales de la Unión Europea, Nafta y Asean, en contraste con la implosión de la Unión Soviética; la conversión en Estados independientes de las naciones coloniales de Africa y el Caribe y la reunificación de Alemania, frente a la disolución de Estados nacionales maduros como Yugoslavia y Checoslovaquia, que amenaza con extenderse también al resto de los Balcanes, Bélgica, Canadá y hasta el Reino Unido; el choque de  civilizaciones y la ira de las naciones sin Estado, son algunas de las manifestaciones más visibles de los movimientos de reacomodación tectónica que está experimentando la geografía planetaria.
A éstos, se agrega una miríada de configuraciones menos evidentes pero de igual o mayor trascendencia práctica, como la aparición de superregiones transnacionales, ciudades globales, estados-ciudad, corredores de ciudades, ciudades-región y territorios con atributos antes reservados a los seres humanos, como las regiones que aprenden y las regiones inteligentes. No podían faltar, en esta era cibernética, las regiones virtuales, como Hongcouver, un espacio de intensos flujos comerciales y financieros entre Vancouver y la Cuenca del Pacífico.
 II. LAS REGIONES QUE GANAN.
 En la Unión Europea, en la medida en que se disuelven las fronteras nacionales, se fortalecen los nexos entre regiones de diferentes países miembros, conformando regiones transnacionales cuyos vínculos de comercio y migraciones se remontan a varios siglos atrás. Alsacia en el nororiente de Francia tiene más en común con la región vecina de Baden-Württemburg en el sudeste  alemán y con el cantón suizo de Basel, que con la propia economía francesa. Lo propio ocurre entre las regiones alpinas de Francia, Suiza, Austria, Italia y Alemania, integrantes del llamado Arco Alpino. Estos territorios, junto con la Liga Báltica y Mitteleuropa (el corazón industrial de Europa), entre otros, constituyen las superregiones europeas. En el interior de los estados nacionales europeos las regiones ganadoras son, por ejemplo, Baden-Würtemberg y Nordrheim-Wesfalen en Alemania, Rhône-Alpes y Provence-Alpes-Côte d’Azur en Francia, Cataluña y el País/Vasco en España, Veneto y Emilia Romagna en Italia, Shutaken y Kansai en Japón y Escocia en el Reino Unido.
Por su parte, la economía globalizada ha generado unas centralidades en las que se concentran las funciones de comando y dirección de los nuevos sectores líderes (finanzas, telecomunicaciones y servicios avanzados). Toronto, Sidney, Frankfurt, Zurich, y desde luego, Nueva York, Londres y Tokio son ciudades globales, que no operan independientemente sino como partes de una red global que controla la mayor parte de los flujos mundiales de capitales, información y servicios conexos. Las ciudades globales son centros de poder político, tanto nacional como internacional, y sede de organizaciones gubernamentales y multilaterales; centros de comercio internacional y transporte, que actúan como puntos de distribución en sus fronteras nacionales y para los países vecinos y, en consecuencia, concentran servicios financieros y profesionales de la más variada índole (medicina, derecho, educación superior, tecnología); son centros de recolección y difusión de información a través de medios masivos y publicaciones; son grandes centros de producción y consumo; y sede de las oficinas centrales de las empresas multinacionales y de actividades culturales de alto nivel. De acuerdo con Friedman:  Todas las ciudades globales de primer rango, excepto dos, están localizadas en los países centrales. Las dos excepciones son São Paulo, que articula la economía brasileña, y la ciudad- estado de Singapur, la cual desempeña el mismo papel para una región multinacional en el Sudeste asiático. Río de Janeiro, Buenos Aires y Ciudad de México, Johannesburg, Hong Kong, Taipei, Manila, Bangkok y Seúl, son consideradas ciudades globales secundarias. Construyendo sobre los aportes seminales de Friedman, Hall y Sassen, un grupo de geógrafos norteamericanos ha comenzado a hablar de Global City-Regions (ciudades-región globales), que es una extensión del concepto de ciudades globales, que trata de captar tanto las implicaciones regionales como el papel económico y político mundial de ciertas regiones metropolitanas. Ejemplos de este tipo de conurbaciones de prominencia global son las regiones de Rin-Maine, con Frankfurt como su portaestandarte; Rin-Ruhr que comprende a Bonn, Colonia, Düsseldorf, Essen, Duisburg y Dortmond; y Randstad, integrada por Amsterdam, Rotterdam y La Haya, que individualmente son ciudades mundialmente importantes.  En una distancia de alrededor de 800 kilómetros, entre la Bahía de Massachusetts y el valle del Potomac, se localiza una  cadena de cinco de las más grandes áreas metropolitanas de Estados Unidos: Boston, New York, Philadelphia, Baltimore y Washington D.C. Entre ellas hay una docena de áreas metropolitanas más pequeñas. Otro enorme corredor de ciudades comienza en San Francisco, pasa por los Angeles y San Diego y termina en Tijuana, dejando en el intermedio 16 de las 30 ciudades de mayor crecimiento de Estados Unidos y convirtiendo a toda California en un área metropolitana extendida10. Beseto (Beijing-Seoul-Tokio) es el corredor transnacional más importante de Asia Oriental y comprende cinco mega-ciudades (Beijing, Tianjin, Seúl, Tokio-Yokohama, Osaka-Kobe), cada una con una población de más de 10 millones de habitantes. Además de los conceptos de regiones que aprenden, regiones inteligentes y regiones innovadoras, cuyos alcances examinamos en el capítulo anterior, Castells acuñó el de Ciudad Informacional (Informational City), como una categoría para entender cómo la interacción entre tecnología, sociedad y espacio genera unos nuevos procesos urbano-regionales que constituyen la base material de la civilización en la era informacional. Veltz utiliza la metáfora del archipiélago. Los flujos económicos se concentran en el seno de una red-archipiélago de grandes polos, en la que las relaciones de radio largo (horizontales, entre polos) son más fuertes que las de radio corto (verticales, de los polos con su hinterland). Los polos son las islas o espacios emergentes que conforman el archipiélago, mientras los ámbitos que no se integran son los fondos marinos sumergidos. Más aún, para seguir con la metáfora cósmica con la que se inició este capítulo, mencionaremos que Benko y Lipietz hablan de nebulosas de redes o redes de distritos para significar las ciudades-región como Los Angeles que contienen en su interior varios distritos metropolitanos de tamaño medio. Los polos del archipiélago son, la mayoría de las veces, el resultado de la historia, del azar y de las economías de aglomeración generadas por la acción espontánea de las fuerzas del mercado, pero excepcionalmente aparecen como consecuencia de intervenciones deliberadas de política industrial y tecnológica  ejecutadas por los gobiernos. Es el caso de los tecnopolos. Pierre Lafitte, fundador de Sophia Antípolis, (Francia) define el tecnopolo como: La acción de juntar en el centro de una misma localización, actividades de alta tecnología, centros de investigación, empresas y universidades, además de instituciones financieras, para promover el contacto entre estos cuerpos, de tal manera que se produzca un efecto sinérgico del cual puedan emerger nuevas ideas e innovaciónes tecnológicas, para luego promover la creación de nuevas empresas.
Los tecnopolos pueden asumir diversas modalidades: parques científicos (Parque Científico de Cambridge, Parque Industrial de Stanford); tecnópolis (Sophia Antípolis y Tsukuba, Japón); y complejos urbano-académico-tecnológicos (Research Triangle Park, en Carolina del Norte, Estados Unidos, y Munich en Alemania). En Japón, como parte integral de una política industrial con un fuerte contenido regional,  existen en la actualidad 26 tecnópolis, entre las cuales se destacan las de Hakodate, Ube (Yamagushi),Sendai, Shinonogawa, Kumamoto, Oita (Kenhoku Kunisaki) y Tsukuba.
Las configuraciones caleidoscópicas descritas anteriormente tienen un elemento común: su condición urbana. Durante los años setenta y ochenta, la congestión y el malestar social, que con frecuencia acompañaron el crecimiento urbano, generaron una visión pesimista del futuro de los grandes conglomerados urbanos. Esto y el crecimiento urbano menos concentrado y, por tanto, más difuso, anunciado por el enfoque de  la acumulación flexible, dieron pie a la tesis de la desurbanización o contraurbanización, como una tendencia inherente al desarrollo de las sociedades capitalistas avanzadas, en su transición hacia la sociedad posindustrial prefigurada por Bell.
Por el contrario, como hemos visto, la reestructuración capitalista y la globalización están convirtiendo las grandes áreas urbanas en las formas espaciales dominantes de la nueva geoeconomía mundial. Son las regiones que ganan, en la expresión que Benko y Lipietz hicieron famosa.
                                 III. LOS TERRITORIOS QUE PIERDEN.
Por supuesto que en el juego de la competitividad globalizada no sólo hay ganadores. Por el contrario, los procesos de globalización y reestructuración, al tiempo que brindan oportunidades a los territorios mejor dotados, impactan negativamente y hasta marginan los espacios que no cuentan con tales condiciones.
En Europa, por ejemplo, aunque el asunto de las disparidades regionales no está del todo zanjado, porque la evidencia empírica disponible no es concluyente y abona la hipótesis tanto de convergencia como de divergencia, el hecho es que la brecha del nivel de PIB percápita entre las 10 regiones más pobres y las 10 más ricas, es de 3 a 120. De las regiones más atrasadas, cuatro pertenecen a Grecia (Thessalia, Iania Nisia, Ditiki Makedonia y Anatoliki Makedonia), dos a Portugal (Alenteio y Norte), dos a Dinamarca (Thuringen y Meckrenburg-Vorpommern), una a España (Galicia) y una a Italia (Cantabria), y es hacia estas regiones que se dirige principalmente la ayuda de la Comisión Europea a través de los Fondos Estructurales. En España la brecha entre Cataluña y Galicia (las regiones más rica y más pobre, respectivamente) es cercana a 221. Tampoco todas las áreas metropolitanas están en el bando de los ganadoras. En Estados Unidos, la contrapartida del crecimiento de San Francisco, Los Angeles, San Diego y otras metrópolis del sunbelt (Phoenix, Austin, Houston, Atlanta,  Dallas, Miami, Jacksonville, entre otras), impulsado por la Nueva Economía (industrias de punta y los servicios avanzados), es la declinación de las áreas metropolitanas del viejo cinturón industrial situado alrededor de los Grandes Lagos (principalmente Chicago, Cleveland y Pittsburgh). Aunque esta transición se produjo principalmente en los años setenta, la internacionalización de la economía estadounidense la ha profundizado, configurando una nueva división espacial del trabajo en la que los territorios perdedores son los viejos polos industriales fordistas y sus regiones de influencia. Claro que también hay casos como el de Detroit, polo fordista por excelencia, que ha emprendido un agresivo proceso de readaptación de su base productiva23. De todas maneras, la evidencia empírica respalda hasta ahora la hipótesis de convergencia entre los estados de la Unión. 
IV. TERRITORIOS GANADORES Y PERDEDORES EN AMÉRICA LATINA.
En el año 2000 la Revista Wired realizó una investigación —consultando a gobiernos, empresarios y medios de información— para determinar los lugares de mayor importancia en la nueva geografía de la innovación digital. Al efecto se tomaron en cuenta cuatro aspectos: la capacidad de las universidades e instalaciones de investigación del área para formar trabajadores calificados o crear nuevas tecnologías, la presencia de empresas nacionales y multinacionales en sectores avanzados, la capacidad de generación de nuevas empresas y la disponibilidad de capital de riesgo.
De esta manera se identificó la existencia de 46 nodos tecnológicos, de los cuales sólo dos están situados en América Latina (ambos en Brasil), 13 en Estados Unidos, 16 en Europa, 2 en Japón, 3 en China, 2 en Australia y 1 en cada una de los siguientes países. Corea, Canadá, Singapur, Malasia, Israel, India, Túnez y Sudáfrica. Los nodos brasileños están localizados en el área metropolitana de São Paulo y en la ciudad de Campinas, los dos en el estado de São Paulo, que junto con los estados de Minais Gerais, Espirito Santo y Río de Janeiro conforman la región del Sudeste, la cual concentra cerca del 60% del PIB y más del 40% de la población del país. Si a esta región se agrega la del Sul, que comprende los estados de Paraná, Santa Catarina y Río Grande do Sul, se llega a proporciones del PIB y de la población del 75% y60%, respectivamente. Después de que entre 1970 y 1985 se registró en Brasil un proceso de desconcentración industrial significativo, a partir de este último año hay una clara tendencia hacia el reposicionamiento, en primer lugar, del estado de São Paulo que por sí sólo representa más de 50% del PIB industrial nacional y, en segundo término, de Minas Gerais .                                                                                                                                     Estas dos regiones albergan un corredor de áreas metropolitanas que comienza en Belo Horizonte, pasa por Río de Janeiro, São Paulo y Curitiba y llega a Porto Alegre (una verdadera región metropolitana), en donde está el núcleo duro de la industria brasileña —no sólo por su tamaño, que mas bien está declinando como proporción del PIB industrial nacional, sino por sus niveles de productividad— que tiende, como ya se señaló, a aumentar su gravitación en el contexto nacional. El predominio de esta región es todavía más pronunciado en el área de los servicios superiores y formación avanzada, al punto de que concentra el 70% de los profesionales del conocimiento de todo el país. La dinámica de Mercosur ha contribuido a este proceso de reconcentración. Hay que advertir, sin embargo, que en el interior de la gran región metropolitana, Sâo Paulo es, de lejos, el polo más grande y Curitiba lidera la transformación industrial del estado de Paraná, mientras que Río de Janeiro presenta síntomas de rezago.
En el otro extremo están las regiones del Norte y del Nordeste que contribuyen conjuntamente con el 20% del PIB (con un 35% de la población) y se mantienen en un secular estado de atraso, mitigado en algunos casos como el del estado de Ceará, que ha logrado imprimirle un gran dinamismo a su economía a través de una estrategia basada en un Pacto de Cooperación entre los sectores público y privado. Este modelo de gestión compartida contiene todos los elementos del enfoque sistémico que propone Meyer-Stamer para el caso específico del Brasil. La persistencia de los grandes desequilibrios territoriales en Brasil confirma los temores de Markussen acerca de los efectos concentradores de una política industrial de carácter puramente sectorial, sin una visión de conjunto, y suscita en el analista brasileño Hermes Magalhaes el siguiente comentario: Un país tan extenso y con tantos problemas regionales como Brasil nunca llegó a tener una política de desarrollo regional para el conjunto de su territorio.
 En materia de políticas industriales descentralizadas, una comparación entre la experiencia europea y la brasileña deja esta última mal parada. Además, los desbalances espaciales estarían en la base de la crisis del modelo federativo del Brasil, a juicio de los también brasileños Rui Affonso y Jose Luis Fiori. Las desigualdades regionales no son menos pronunciadas en México, pais en el cual el proceso de convergencia interestatal avanzó entre 1940 y 1980, pero ha permanecido relativamente estancado y, según algunas estimaciones, incluso se ha revertido desde este último año. Las brechas en el nivel de ingreso percápita entre los estados más desarrollados (D.F, México, y Nuevo León) y los más atrasados (Chiapas, Guerrero y Oaxaca) son de 5 a 139.
En el interior de este espacio ampliamente polarizado ha habido, sin embargo, cambios significativos que para algunos analistas prefiguran un nuevo modelo de organización territorial. En primer lugar, hay un proceso de desindustrialización de la región Centro (D.F., Aguascalientes, Colima, Guanajuato, Jalisco, Michoacán, Nayarit, S.L Potosí, Zacatecas, Estado de México, Hidalgo, Morelos, Puebla, Querétaro y Tlaxcala), en contraste con una industrialización de la región Norte (Baja California, Baja California Sur, Sonora, Chihuahua, Durango, Sinaloa, Cohahuila, Nuevo León y Tamaulipas). En términos del empleo manufacturero total, mientras la participación de estas dos regiones en 1965 era del 55% y 17% repectivamente, en 1993 los porcentajes correspondientes eran del 39% y 30%, previéndose que, de continuar esta tendencia, lleguen a igualarse en estos primeros años del decenio de los 2000. Estos desarrollos no implican una contracción absoluta del entable industrial del Centro, que con la excepción del Distrito Federal (la zona metropolitana de la ciudad de México), ha experimentado una reconversión importante con dinamismos similares a los del Norte en sectores como el automotor. Por su lado, la norteñización es esencialmente de industrias maquiladoras de exportación (IME) en las ramas de equipo electrónico, radio y televisión, impulsadas por empresas multinacionales y sobre cuyas bondades ha habido en México un animado debate.
 Muy esquemáticamente, el eje Centro sería fordista (o cuasifordista) y el Norte de producción flexible. En segundo término, y al igual que en el caso de São Paulo, en el Distrito Federal las pérdidas en el sector manufacturero se han visto más que compensadas por un incremento de lo que Saskia Sassen llama las "funciones de comando y dirección" del sector terciario avanzado (información, telecomunicaciones, transporte aéreo, sede central de las multinacionales y las grandes empresas nacionales). Con una población y un PIB similar al de São Paulo y más cerca de los mercados mundiales, México D.F. también va camino de convertirse en una ciudad global. La otra zona ganadora es el área metropolitana de Monterrey.
En tercer lugar, la intensificación del comercio con Estados Unidos ha inducido el fortalecimiento de vínculos de interdependencia industrial entre una serie de pares de ciudades de frontera, entre los que se destacan:  Tijuana-San Diego, Mexicali-Imperial, Agua Prieto-Douglas, Ciudad Juárez-El Paso, Nuevo Laredo-Laredo, Reynosa-McAllen y Matamoros-Browsville. Esto indica que el TLC está estimulando la formación de centros binacionales entre México y Estados Unidos.
En cuarto término, está emergiendo un segundo corredor de ciudades situadas a cierta distancia de la frontera, como Hermosillo, Chihuahua, Saltillo-Ramos, Arispe, Monclova y la
propia Monterrey, con maquiladoras de segunda y tercera generación mejor articuladas al tejido industrial del país y con mayor generación de conocimiento endógeno.
Finalmente, bajo el influjo del TLC, empiezan a emerger regiones transnacionales —en el sentido europeo— como el llamado Eje Tex-Mex entre Texas y Nuevo León (Houston y Monterrey), cuyo arco de influencia comprende San Antonio, Laredo, Nuevo Laredo y el corredor portuario Houston-Corpus/Christi—Browsville-Matamoros, que maneja la mayor parte de la carga marítima de México. También está el caso de los estados de Sonora (México) y Arizona (Estados Unidos) que han trazado un plan de acción conjuna titulado Visión Estratégica del Desarrollo Económico de la Región Sonora Arizona, el cual, como su nombre lo indica, considera los dos estados como una sola región económica integrada.
Acerca de estas tendencias Hanson hace la siguiente anotación:
En la medida en que NAFTA integra progresivamente a México en la economía estadounidense, parece natural esperar que los nexos entre el norte de México y el suroccidente de Estados Unidos se fortalezcan y aquellos entre el norte y el sur del primero de estos países se debiliten. En un mundo así, hace cada vez más sentido tomar las regiones, en vez de los países, como la unidad de análisis del comercio internacional. 

miércoles, 4 de abril de 2012

LECTURA PREVIA PARA EL TRABAJO PRÁCTICO Nº 1


Antes de entrar de lleno en la definición de Sociología lo que tenemos que hacer es determinar el origen etimológico de dicho término. En concreto, sus antecedentes se encuentran en el latín y más exactamente en la unión de las palabras socĭus, que vendría a traducirse como “socio o individuo”, y logía que tiene varias acepciones entre ellas “estudio”. Por tanto, partiendo de ello podríamos hacer una traducción literal de que Sociología es el estudio del socio o individuo.
La sociología es una ciencia  que se dedica al estudio de los grupos sociales (conjunto de individuos que conviven agrupados en diversos tipos de asociaciones). Esta ciencia analiza las formas internas de organización, las relaciones que los sujetos mantienen entre sí y con el sistema, y el grado de cohesión existente en el marco de la estructurasocial.
SociologiaPor ejemplo: “Mi hijo desea estudiar Sociología cuando finalice la escuela secundaria”“Anoche vi en televisión un debate muy interesante sobre sociología”“El presidente puede ser un gran economista, pero sabe muy poco de sociología”.
Podría decirse que la sociología existe desde mucho tiempo antes que se desarrollará como ciencia o que se delimitará su objeto de estudio. En el siglo V antes de Cristo, Heródoto se dedicó a realizar completas descripciones de las costumbres y los rituales de diversos pueblos. Ibn Jaldún (1332-1406), por su parte, fue quien proclamó la noción deIlm el Iytima (la ciencia de la sociedad o de lo social).
Auguste Comte, por su parte, fue el encargado de dar forma al concepto de sociología, cuando en 1838 presentó su Curso de Filosofía Positiva. La sociología se consolidó como una ciencia autónoma recién a mediados del siglo XIX. Ya avanzado el siglo XX, comenzaron a diferenciarse diferentes escuelas y corrientes dominantes.
En este sentido resulta interesante hacer un pequeño paréntesis para establecer que la Sociología a lo largo de la Historia no ha dejado indiferente. De ahí que grandes pensadores de todos los tiempos como el alemán Max Weber la definiera a aquella como la ciencia que se encarga de una misión muy concreta.
Para él aquella disciplina lo que hace es enfrentarse a la acción social para así poder acometer la explicación causalmente, desde un enfoque de conocimiento llamado interpretativo, tanto su desarrollo como sus efectos.
La sociología puede ser estudiada a partir de distintos métodos: el cualitativo, que incluye descripciones y explicaciones detalladas de conductas, situaciones y sujetos, y que además puede incluir el relato de los participantes contado por ellos mismos; y el método cuantitativo, que se encarga de las variables que pueden ser representadas por valores numéricos (números) y que permiten buscar posibles relaciones a través del análisis estadístico.
En cuanto a los principales paradigmas sociológicos, pueden destacarse el funcionalismo(que afirma que las instituciones sociales son medios desarrollados en forma colectiva para satisfacer necesidades de la sociedad), el marxismo (la teoría del conflicto), elestructuralismo, el interaccionismo simbólico y la teoría de sistemas.
Así, hoy día es muy frecuente que se recurra a esta ciencia del individuo para llevar a cabo interesantes estudios entorno a aspectos latentes en nuestra sociedad que nos preocupan o interesan. En este sentido, es frecuente que se realicen estudios de corte sociológico para determinar el comportamiento de los jóvenes ante las drogas o el alcohol. A través de aquellos se obtendrán datos de las edades en las que comienzan a consumir, de los motivos que les llevan a beber o de si se sienten presionados por su grupo de amigos para hacerlo.